La canciller María Ángela Holguín aseguró que el embajador en caracas, Ricardo Lozano, permanecerá en Colombia “por el momento”, al menos hasta que se realice la cita de cancilleres de la OEA.

Colombia continúa en una encrucijada respecto a la situación en Venezuela. Aunque la gran mayoría de políticos han condenado las muertes, los disturbios, la demora para el llamado a elecciones y, en general, la grave crisis que afronta el país vecino, también han intentado mantener una relación amable con el Gobierno de Nicolás Maduro.

Esa diplomacia, en cabeza de la canciller María Ángela Holguín, empezó a resquebrajarse desde que el Tribunal Supremo de Justicia venezolano decidió atribuirse las funciones de la Asamblea Nacional (AN), lo cualocasionó que Holguín ordenara el regreso del embajador de Colombia en Caracas, Ricardo Lozano.

Este martes, la ministra de Relaciones Exteriores acudió a la citación que le hizo la bancada del Centro Democrático en el Senado, junto al ministro de Justicia, Enrique Gil, para un debate de control político sobre el tratado de extradición con Estados Unidos y los deportados desde Venezuela. Pese a los temas del debate, la discusión giró en torno al uribismo y su intento de demostrar que hay persecución política, y a la crisis en Venezuela.

Durante el encuentro, Holguín se refirió al retiro provisional de Lozano de la embajada colombiana en Caracas. La canciller aseguró que, por el momento, el embajador permanecerá en Colombia, al menos hasta que se realice la cita de cancilleres aprobada por la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que se evaluará la crisis política en Venezuela y, de ser posible, se fijará una posición conjunta ala respecto.

“El embajador Ricardo Lozano se mantiene aquí en Colombia, no va a volver por el momento. Vamos a ver si en las próximas semanas en la reunión de la OEA y si logramos una reunión de presidentes en Unasur, se fije una posición frente a Venezuela”, indicó Holguín durante el debate en el legislativo.

En su momento, la canciller Holguín justificó el llamado del embajador Lozano asegurando que se trataba de una “conversación” que quería tener con él, para conocer de primera mano la situación que atraviesa Venezuela. No obstante, la Cancillería afirmó que no se trataba de un retiro definitivo y, mucho menos, de una ruptura de las relaciones bilaterales con ese país, ya de por sí difíciles desde que Maduro llegó al Palacio de Miraflores.

[Vía: El Espectador]