El colapso económico de Venezuela, ese que tanto afecta la economía de Cuba, también es culpa de La Habana. “Son ellos [los cubanos] quienes han contribuido a la crisis de Venezuela. Han llevado un sistema totalmente ineficiente, que es el suyo propio, a Venezuela”, dice al diario ALnavío Anna Ayuso, investigadora senior para Latinoamérica del Centro de Información y Documentación Internacional de Barcelona.

El régimen ha reformado la ley electoral. La Habana designará a un primer ministro y a los gobernadores provinciales. Cambios en la estructura de poder, pero no en el poder. El Partido Comunista, el partido que fundó Fidel Castro, el partido que hoy dirige su hermano, Raúl Castro, es la única formación legítima según la Constitución. A esto se suma que el sistema de voto sigue siendo indirecto. No se impone el mandato de los ciudadanos, sino la opinión de los legisladores, todos del Partido Comunista, todos del castrismo.

Anna Ayuso: “Para Cuba, lo de Venezuela ha sido un golpe duro. Pero la realidad es que son ellos quienes han contribuido a la crisis de Venezuela. Han llevado un sistema totalmente ineficiente, que es el suyo propio, a Venezuela. No quiero decir que Venezuela no tuviera problemas antes, que los tenía, pero con el sistema cubano, Venezuela, en vez de mejorar, ha empeorado”

“Lo que de verdad tiene Cuba es un problema económico. Y su problema es el sistema comunista, que jamás ha invertido en productividad, jamás ha dejado espacio al mercado, y aunque se intenten cambios, el Estado quiere seguir controlando, y esto lo enquista mucho más”, apunta la experta.

Pese a todo, Cuba ha logrado sobrevivir. Primero fue gracias al apoyo de la Unión Soviética. Y luego gracias a Hugo Chávez y los envíos de petróleo subvencionados hacia La Habana. Envíos que hoy Nicolás Maduro mantiene, pese a todo.

Venezuela se está quedando sin petróleo. Sin industria petrolera. Las últimas sanciones de EEUU han llevado la producción de PDVSA a mínimos históricos: apenas 750.000 barriles diarios. Y la cosa podría recrudecerse si el gobierno de Donald Trump no renueva a las petroleras estadounidenses las licencias para producir en Venezuela. Como pudo saber el diario ALnavío, sólo Chevron es responsable del 25% de la producción venezolana.

Todo esto será determinante para Cuba. De momento, el régimen de La Habana cuenta con los 40.000 barriles diarios que les envía cada mes Caracas. Esto no es nada en comparación con los 100.000 barriles que enviaba Chávez en tiempos de bonanza. Hay una excepción, y es la de mayo de 2019, cuando Maduro envió 91.000 barriles diarios a Cuba, según informó Reuters. Una excepción que visto el estado de la industria venezolana, no se puede mantener. Tampoco parece probable que Venezuela pueda sostener el ritmo de los últimos tiempos, el de 40.000 barriles diarios.

Sin petróleo venezolano, sumado a las últimas sanciones impuestas por EEUU, la economía cubana se aproxima al abismo. Por eso insiste Ayuso en que lo económico es el principal problema del régimen. Un problema que, en cierto modo, ha sido causado por la propia Cuba.

“Para Cuba, lo de Venezuela ha sido un golpe duro. Pero la realidad es que son ellos quienes han contribuido a la crisis de Venezuela. Han llevado un sistema totalmente ineficiente, que es el suyo propio, a Venezuela. No quiero decir que Venezuela no tuviera problemas antes, que los tenía, pero con el sistema cubano, Venezuela, en vez de mejorar, ha empeorado”, apunta la investigadora.

Por así decirlo, Cuba cavó su propia tumba en Venezuela. O como dijo también Pedro Benítez, historiador y columnista en este diario, “Venezuela es la trampa en la que se metió Cuba”.

“Raúl Castro no aprovechó los años de plenos poderes para adelantar una reforma económica siguiendo el ejemplo de sus camaradas chinos y vietnamitas, ni tampoco tuvo la previsión para que en su fuente de recursos [Venezuela] se hiciera algo parecido”, explicó Benítez.

En conversación con el diario ALnavío, una fuente de Washington conocedora de la situación en Cuba habla de dos bandos. Los fidelistas y los raulistas.

Los fidelistas son los que apuestan por la línea dura. Los que no quieren reformas. Los que van con todo. Y contra todo. Tienen en la retina lo ocurrido en el Periodo Especial en los años 90, cuando cayó la Unión Soviética y perdieron el apoyo de Moscú. Si ya pudieron una vez, podrán otra, dicen. Se creen supervivientes.

Los fidelistas son también los que apoyan a Maduro. Y Maduro, como los fidelistas, también va contra todos. Quiere resistir en el poder en Venezuela. Resistir contra la economía en quiebra, contra la presión internacional, contra las sanciones… También se cree superviviente.

Luego está el caso de los raulistas. Raúl Castro es un reformista. Fue él quien inició las conversaciones con Barack Obama. Fue él quien logró que EEUU iniciara un deshielo en las relaciones que luego Donald Trump eliminó.

Raúl Castro entiende que, para la supervivencia del régimen en Cuba, tiene que haber reformas. El caso de Vietnam puede servir como ejemplo, un país comunista pero liberal en lo económico y totalmente integrado con la comunidad internacional.

Según la fuente, los raulistas tienen claro que si en La Habana finalmente se impone la línea fidelista, y el chavismo cae en Venezuela, ellos también caerán. Será el fin del régimen en Cuba.

Y es que como afirma Ayuso, lo del petróleo no es el único problema que tiene La Habana con Caracas. “Venezuela ya no puede pagar a los médicos cubanos. Brasil se los ha devuelto. Los servicios médicos cubanos son parte importante de las remesas. Y esta pérdida, sumada a lo de los envíos de petróleo, hace la situación insostenible”.

Con el bloqueo de EEUU, las sanciones, y el problema de Venezuela, el presidente, Miguel Díaz-Canel, pidió “desempolvar las medidas del Periodo Especial”. Ya se implementan algunas, como las del ahorro de energía, más énfasis en la producción de alimentos, y un mayor control sobre los combustibles, para evitar robos.