Los militares venezolanos se encuentran en una terrible encrucijada. Por un lado viven con el miedo a que en cualquier momento sus nombres puedan aparecer en la lista de sancionados por el gobierno de los Estados Unidos, y por el otro, se encuentra la inteligencia cubana que interviene sus llamadas, redes sociales, correos, y esta pendiente hasta de la expresión en sus rostros.

Viven con miedo a que en cualquier momento no puedan viajar a ninguna parte del mundo o no poder disfrutar de sus lujosas propiedades, carros, viajes, casas, que han adquirido a lo largo de estos años, sus activos en el extranjero sean congelados y no poder realizar transacciones en el extranjero ya que las entidades lo tiene prohibido y terminar resignándose  en Venezuela en medio de toda la crisis que esta atravesando.

«Es un infierno porque estás a la espera de que seas el próximo y sientes que nunca va a llegar la normalidad y, por otro lado, tienes la amenaza que en cualquier momento entremos en una de esas listas y es peor porque no podremos salir del país y hasta nos pueden quitar lo que tengamos, poco o mucho», reveló un coronel que pidió no ser identificado.

Hasta el pasado 30 de abril, habían 160 militares detenidos por sospechas de conspiración, siendo torturados e imputados con cargos de traición a la patria e instigación a la rebelión. La FANB se encuentra inconforme al igual que los venezolanos por la triste situación del país, pero no saben que hacer, pues corren riesgo tanto ellos como sus familias. Nadie confía en nadie, todos se encuentran a la expectativa de lo que pueda pasar.

En la lista de sancionados se encuentran desde Vladimir Padrino, hasta Diosdado Cabello, gobernadores, generales, hasta el presidente de Pdvsa, Manuel Salvador Quevedo. Todos colaboradores del régimen de Nicolás Maduro.