Venezuela da hoy un salto al vacío. La instalación de la Asamblea Constituyente, impuesta por el presidente Nicolás Maduro, representa un punto de inflexión en la crisis del país, que ahora inicia una etapa marcada por la incertidumbre y el previsible aumento de la confrontación política.

La Carta Magna bolivariana establece en su artículo 347 que la Constituyente tiene por objeto “transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”. El 349 agrega que “los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente”. En síntesis, la constituyente encarna un poder absoluto, sin límites de ningún tipo.

Maduro no ha ofrecido detalles sobre su proyecto de nueva Constitución. El mandatario asomó que buscaría “constitucionalizar” las misiones sociales, incluir las bases de un modelo económico “pospetrolero” y desarrollar un capítulo que contemple los derechos de los jóvenes.

“No se va a elaborar una nueva Constitución porque es una de las mejores del mundo y con grandes logros en el sector social. Vamos a fortalecerla con el mismo sentido bolivariano”, indicó el exministro Adán Chávez, miembro de la constituyente y hermano mayor del difunto comandante Hugo Chávez.

En cambio, el régimen chavista sí ha sido explícito al momento de precisar el uso político que dará a la constituyente. El Jefe de Estado y distintos voceros del oficialismo han adelantado que utilizarán este instrumento para cerrar la Asamblea Nacional (AN), de mayoría opositora, encarcelar a los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) por “terroristas” y “golpistas” y remover a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, figura emblemática de la revolución chavista que se distanció del Ejecutivo a finales de marzo al denunciar la “ruptura del orden constitucional”.

Desde sus propias bases comiciales, la constituyente es una declaración de guerra contra el parlamento. Maduro dispuso que los 545 chavistas que integrarán ese cuerpo sesionen en el Palacio Federal Legislativo, que hoy ocupan los 112 diputados de la MUD.

“La única manera de que acaben con este parlamento es que nos maten a los 112 diputados que estamos acá”, desafió el primer vicepresidente de la Cámara, Freddy Guevara.

Representantes diplomáticos de Canadá, Argentina, Gran Bretaña, México, Francia y España acudieron esta semana al hemiciclo para dar un espaldarazo a los parlamentarios. “Hay 40 países que desconocen la constituyente, Venezuela no está sola, lograremos un desenlace democrático”, aseveró el presidente de la AN, Julio Borges.

La oposición llamó este viernes a marchar hacia el Palacio Federal Legislativo, en el centro de Caracas, contra “el fraude constituyente”. Declarada en desobediencia civil, la disidencia ha anunciado que intensificará las protestas que comenzaron en abril y que ya arrojan un saldo de 121 muertos y casi 2.000 heridos, según el Ministerio Público.

Proceso manchado

Al final, nada detuvo a Maduro. Ni las condenas y sanciones de la comunidad internacional, ni las movilizaciones de sus adversarios políticos ni el pedido de la Fiscal General. Tampoco el escándalo develado por Smartmatic, corporación encargada del voto automatizado en Venezuela, que el jueves reveló que la cifra de participación en las elecciones de la constituyente fue “manipulada” por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

“Trataron de manchar el proceso, este proceso no lo mancha nadie. Es un proceso auditable antes, durante y después”, aseveró el gobernante venezolano, luego de que el director ejecutivo de Smartmatic, Antonio Mugica, señaló que “la diferencia entre la cantidad anunciada (8’089.320 votos) y la que arroja el sistema es de al menos un millón de electores”.

En la madrugada del lunes, Maduro resaltó que “en las manos de la Asamblea Constituyente va a estar la conducción de este país”. Partiendo de esa premisa, la presidencia de esa instancia se convierte en un puesto clave para el destino de Venezuela. Los rumores apuntan como principales candidatos al primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, y a la primera dama de la República, Cilia Flores.

En un foro conformado por 545 miembros, la mayoría de ellos absolutamente desconocidos, resaltan el hijo del propio presidente, Nicolás Maduro Guerra, exministros como Adán Chávez, Iris Varela y Aristóbulo Istúriz, el joven dirigente Héctor Rodríguez, y la antigua canciller, Delcy Rodríguez, quien asumirá la “comisión de la verdad” que supuestamente investigará los hechos violentos ocurridos en medio de las protestas.

Para medir el ánimo con el que Venezuela recibe la instalación de la constituyente, basta con revisar la cotización de las divisas en el mercado negro, que este jueves alcanzó el récord histórico de 16.789,92 bolívares por dólar.

El poder político de Maduro se dispara, mientras el poder adquisitivo de los venezolanos se desploma.

‘Se culmina la destrucción de la democracia’, dice Santos

El presidente Juan Manuel Santos criticó este jueves duramente la decisión del Gobierno venezolano de seguir adelante con la constituyente.

“No podemos reconocer esa constituyente como una institución válida, y sus decisiones no pueden ser reconocidas”, expresó Santos.

El mandatario aseguró que esa constituyente es “la culminación de la destrucción de la democracia” en Venezuela.

El lunes la canciller, María Ángela Holguín, anunció que el embajador de Colombia en Caracas, Ricardo Lozano, “por ahora no volverá” al vecino país, como un forma de enviar un “mensaje” de rechazo.

[Vía: El Tiempo]