El 20 de diciembre de 2016, el presidente Nicolás Maduro anunció que Venezuela vendería a los conductores neogranadinos de la frontera carburante nacional en pesos colombianos y otras divisas.

El anuncio supuso el restablecimiento de las relaciones entre los dos países, resquebrajadas desde agosto de 2015, a causa de la orden del bloqueo de los pasos internacionales entre Colombia y Venezuela por disposición del mandatario de Venezuela, quien alegó razones de seguridad.

En Táchira fueron habilitadas dos estaciones de servicio, La Laguna y La 95, que fueron expropiadas a sus dueños y que se encuentran ubicadas a cada lado del extremo venezolano del puente internacional Francisco de Paula Santander en la localidad de Ureña.

Pdvsa reacomodó espacios, islas y adaptó los surtidores de carburante para el cobro en moneda colombiana. También dispuso que el litro de carburante nacional fuera vendido en 1.200 pesos a conductores particulares y 1.000 pesos el litro a los choferes del transporte público que pasaran de Colombia a Venezuela.

El inicio de las ventas de carburante sería el 2 de enero de 2017.

Pero las relaciones entre los dos países se quedaron estancadas solo en el paso parcial de peatones, y el gobierno colombiano señaló que la medida de Venezuela era unilateral. Ni siquiera se informó por los canales regulares al gobierno de Juan Manuel Santos y la canciller del vecino país, María Ángela Holguín, ratificó cuatro días después de la fecha anunciada para la venta de gasolina venezolana a precio internacional que Colombia mantendría bloqueado el paso de vehículos.

Mientras Venezuela esperaba, según voceros gubernamentales, recaudar entre 120.000 y 150.000 dólares diarios por la venta de gasolina en frontera a los colombianos, en el vecino país sacaban cuentas sobre el beneficio de vender carburante a sus connacionales y el cobro de impuestos por este concepto que serían derivados a obras de interés social en el municipio.

Han transcurrido cuatro meses y no ha pasado un solo carro desde Colombia a comprar gasolina venezolana.

Recientemente, en las estaciones de servicio La 95 y La Laguna fueron habilitadas taquillas de casas de cambio para comprar pesos.

La tasa de cambio en frontera que estaba en enero a 1 bolívar por 1 peso, a la fecha ha bajado en 0,60 centavos de peso por unidad venezolana.

Aldo Contreras, economista y profesor universitario, señaló que la venta de combustible nacional en pesos colombianos no habría frenado la depreciación de la divisa nacional.

“Si se abriera de una vez por todas la frontera, el gobierno  colombiano haría lo posible por seguir cuidando que el combustible sea comprado en Colombia y no en Venezuela”, dijo.

[Vía: Entorno Inteligente]