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Luis Almagro, secretario general de la OEA, ha lanzado un ultimátum de 30 días contra el gobierno de Nicolás Maduro, muy pocas veces visto en la historia del continente: si no se llevan a cabo “elecciones general completas a la mayor brevedad”, Venezuela será suspendida del organismo.

El ex canciller uruguayo, actual bestia negra del chavismo, también exige la liberación de los presos políticos, la validación de las leyes aprobadas por el poder legislativo y la conformación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y de un renovado Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), convertido hoy en el martillo revolucionario contra la Asamblea Nacional y contra la oposición.

“Los hechos no dejan lugar a dudas. Venezuela viola todos los artículos de la Carta Democrática… Hay ruptura total del orden democrático. La salida es que el pueblo pueda decidir su destino”, resumió Almagro tras dar a conocer la actualización de su informe, radicalmente crítico con los manejos de la revolución.

De esta forma tan contundente ha retomado el secretario general de la OEA el debate sobre la aplicación de la Carta Democrática, que ya invocó en mayo pasado. Para su aprobación necesita 2/3 partes de los 34 países que componen la organización, una cifra que durante todo el año era inalcanzable para los críticos de la revolución. “Aprobar la suspensión del desnaturalizado gobierno venezolano es el más claro esfuerzo y gesto que podemos hacer en este momento por la gente del país, por la democracia en el continente, por su futuro y por la justicia”, concluye en el nuevo informe quien fuera ministro de Exteriores de Pepe Mujica, todo un emblema para la izquierda democrática del continente.

Almagro empleó palabras muy negativas para el proceso de diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición de la Unidad Democrática, en el que participan como facilitadores el Vaticano y el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero: “una cortina de humo” que solo ha servido para confundir. “Este mecanismo de diálogo fue decisivamente funcional a la estrategia del gobierno de sostenerse en el poder a partir de reiteradas y continuas violaciones a la Constitución”, sostiene Almagro.

Venezuela sufre una voraz crisis económica y social, que abarca también el campo político: el chavismo suspendió el proceso revocatorio contra Nicolás Maduro y congeló sin dar explicaciones las elecciones a gobernador previstas para diciembre pasado. Mientras tanto, las cifras económicas caen y el número de presos políticos crece.

[Vía: El Mundo]