En el lado colombiano de la frontera con Venezuela, la tradición de cientos de familias, que consideraban el intercambio de divisas como principal fuente de ingresos, parece marchitarse.
Según la Asociación de Profesionales del Cambio en Norte de Santander (Asocambios), la decisión de clausurar los negocios ha generado la condición de desempleo en cerca de 100 personas.
De la desaparición de este tejido empresarial en los seis primeros meses de este año, no se tiene precedente alguno, ni en el cierre de frontera de 2015, cuando los profesionales del cambio reportaban al mes pérdidas superiores a los mil millones de pesos.
Esta contracción del gremio, está asociado principalmente a la devaluación de la moneda del vecino país, que este martes se cotizó con una tasa de compra de 0.42 y de venden de 0.47, la deteriorada economía de Venezuela y los casi nueve meses de restricción en la línea fronteriza, factores que han conjurado unos ‘nubarrones’ de incertidumbre sobre el panorama económico de la capital nortesantandereana.
“Esta situación nunca se había presentado. Hay gente que llevaba muchísimos años en el negocio y prefirieron cerrar porque se les acabó el patrimonio (…) Nunca se ha pensado en los efectos de tipo social que esto genera, pues estamos hablando de familias enteras que por décadas se dedicaban al intercambio de divisas y ahora les tocó empezar de cero”, explicó Yolanda Olarte, presidente de Asocambio.
La dirigente gremial añadió que el estancamiento en el mercado de divisas en la ciudad también se debe al endurecimiento del sistema de regulación del sector por parte de la Dina, que se ha proferido sin el acompañamiento institucional por parte de la Alcaldía de Cúcuta y la Gobernación de Norte de Santander, que se han mostrado resistentes a impartir medidas que alivien el peso de la norma.
Nunca se ha pensado en los efectos de tipo social que esto genera, pues estamos hablando de familias enteras que por décadas se dedicaban al intercambio de divisas
A esta situación de cierre de negocios se suman el recorte de personal de otras casas de cambio, que se ha adoptado con miras a sobrevivir en el mercado. Por ejemplo, un empresario de divisas que en 2015 tenía 2 oficinas con 7 empleados, actualmente cuenta apenas con un punto de atención al cliente, en cual emplea a 2 personas. En comparación a años anteriores, el volumen de venta que reporta este negocio en particular es del 30 por ciento.
“A casi dos años del cierre de la frontera, el impacto ha sido fuerte para este sector de la ciudad, que dependía del flujo de compradores y del poder adquisitivo de un gran número de venezolanos. (…)Aquí no hay otra cosa que esperar a que las condiciones del mercado cambien con el tema del desesquilibrio de esta moneda”, aseveró Carlos Luna, director de la Cámara de Comercio de Cúcuta.
Un volumen de 141 negocios con los mismos números en rojo desaparecieron en 2016, según el Observatorio de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cúcuta
En 2016, un volumen de 141 negocios dedicados a la compra y venta de divisas, especialmente de bolívares, desaparecieron en la capital nortesantandereana.
Otro factor que profundiza el mal momento entre los profesionales del cambio ha sido la mala imagen sembrada por el gobierno de Nicolás Maduro, quien ordenó el cierre de frontera el pasado 12 de diciembre de 2016, aludiendo la existencia de ‘mafias’ al interior del sector cambiario de Cúcuta que captaban cientos de billetes de 100 bolívares, con el propósito de desestabilizar la economía de su país.
[Vía: El Tiempo]
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