El sistema ha colapsado, pero muchos no quieren abandonar a sus pacientes. Médicos y enfermeras en Venezuela se tienen que defender de un Estado que, en vez de mandar medicamentos, envía milicias armadas a sus hospitales.
Describir la situación hospitalaria en Venezuela, contar la desesperación de los pacientes en busca de cura o preguntarse ¿cómo llegamos a esto? es riesgoso en la Venezuela de hoy. Los médicos venezolanos están por estos días especialmente en la mira del régimen Maduro por haber tratado de alertar a la misión de la ONU, actualmente de visita en el país, sobre la grave escasez de equipos y medicamentos. Ya algunos cuestionan, por ello, la veracidad de los reportes que recibirá la médica Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Enfermeras de hospitales visitados por la misión de la UNO se aterran de que ahora, “como por arte de magia”, haya comida para los pacientes, se pinten paredes y lleguen jeringas, todo bajo el control de “colectivos” que vigilan la conducta del personal hospitalario y advierten que esos insumos “serán recogidos luego”.
“Los pocos medicamentos que el Gobierno ha puesto a disposición entran al país sin ningún control, provenientes de Irán, Palestina, la India, Rusia, o los que comerciantes entran de contrabando desde Colombia”, cuenta el médico comunitario, antiguo chavista, reconociendo que “es muy triste ver morir a pacientes en el quirófano en donde el personal tiene que usar sus celulares para alumbrar la mesa de operaciones”.
A la desconfianza en los médicos cubanos, y en la idoneidad de los jóvenes venezolanos preparados por estos, se suma el arribo de unos 60 palestinos que un día de febrero de 2019 llegaron al hospital vestidos de cirujanos, recetando antidiarreicos producidos en Palestina, pero con quienes una comunicación parece imposible porque solo dicen hablar árabe, como relata el psiquiatra comunitario.
Mas de 20 mil médicos venezolanos están huyendo del país, un tercio de los registrados, como lo reseña la última Encuesta Nacional de Hospitales. ¿Qué hacer cuando el Vargas, el hospital emblemático de Venezuela, es ahora conocido como “el hospital de la muerte”? Los hospitales en Venezuela “han pasado de ser salas silenciosas de la batalla contra la muerte, a campos de batalla en donde criminales dictan lo que el personal puede decir o no a la prensa”, dice uno de los médicos consultados por DW. Pero no todo parece estar perdido, como lo recalca: “A la mayoría, el único miedo que nos queda es el de no salir de esto”.
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