Los operadores cambiarios fronterizos y el gremio de comerciantes de San Antonio del Táchira reiteraron una vez más su preocupación por la progresiva devaluación de la moneda venezolana, que este viernes se cotizaba a 14,50 pesos para la compra y 16 para la venta en promedio, lo cual trae consecuencias adversas para la actividad económica de la región.
El precio del Bolívar cae a su nivel más bajo en la historia
Durante el mes de noviembre, el Bolívar perdió ha perdido más de 6 puntos, a comienzos de noviembre BsF. 1000 significaban al cambio $21.000 pesos, hoy 29 de Noviembre de 2014 su valor ha bajado a $1.450 pesos representando así una pérdida caída importante en el valor de la moneda, cabe destacar que esta baja se da como consecuencia de varias variables tales como: sobre oferta de bolívares en Cúcuta, alza del dólar en Colombia que ayer viernes 28 se trepó a los $2.200 pesos por dólar representando así un encarecimiento de la divisa norteamericana en el mercado secundario. Como ocurre normalmente, ante el temor de que el bolívar continúe devaluándose, algunos operadores cambiarios en ocasiones optan por no comprar bolívares para evitar pérdidas.
La presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio, Isabel Castillo, manifestó que es preocupante la devaluación del bolívar, porque la competencia es cada vez más difícil.
“El poder adquisitivo del bolívar, comparado con el peso, es cada vez menor y limita al ciudadano de la frontera venezolana, que debe buscar en Norte de Santander, por ejemplo, las medicinas y muchos productos de primera necesidad, que no se consiguen aquí. Para nosotros se nos hace imposible traer de allá para acá”, dijo.
Asimismo, refirió que el precio del bolívar se hace muy apetecible para que el ciudadano colombiano compre en el comercio del eje San Antonio-Ureña, pero lamentablemente se van a encontrar con un desabastecimiento casi total en los establecimientos, desde los rubros de primera necesidad, productos de limpieza, hasta artículos de Navidad, que en esta temporada debería haber en gran abundancia y variedad. Sin embargo, no es así porque muchos comerciante están trabajando con inventarios que quedaron del año pasado y la oferta es muy poca.
“Si en alguna oportunidad la gente de Colombia viene y compra, se va a encontrar con las restricciones que hay para pasar cualquier tipo de mercancía hacia el otro lado, debido a los controles militares. Me han comentado que el Ejército está quitando en la alcabala de la Aduana hasta adornos y arbolitos de Navidad, que no son productos de primera necesidad. Entonces, ni este tipo de mercancía se vende a los visitantes colombianos, que se ven motivados por la disparidad cambiaria”, señaló.
La devaluación del bolívar, dijo la presidenta de la Cámara de Comercio, también es grave para los empresarios e industriales venezolanos, que por necesidad se ven obligados a comprar algunas materias primas en Colombia, como es el caso de los marroquineros, que traen herrajes, cierres, hilos y otros accesorios para los bolsos, carteras, zapatos y otros artículos y prendas de cuero que se fabrican en San Antonio. El costo de esos insumos se incrementa considerablemente y eso se ve reflejado en el precio del producto final.
En el caso de la mano de obra calificada que viene de Colombia a trabajar en las industrias de la frontera venezolana, el empresario se ve obligado a cotizarle el salario en pesos, porque no le puede ofrecer un sueldo en bolívares porque el trabajador extranjero no lo acepta. Esa situación incrementa aún más los costos de elaboración de cualquier producto, acotó.
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