El régimen de Nicolás Maduro está contra las cuerdas en materia financiera. Afronta un dilema: si no paga en las próximas dos semanas unos 2.200 millones de dólares, de los 3.500 millones que deberá cancelar hasta noviembre, caería en la quiebra o «default»; si honra sus compromisos externos, entonces no podría importar alimentos y medicinas, acelerando el hambre, la desnutrición y enfermedades de los venezolanos.
Lo que está claro es que el régimen venezolano no tiene la capacidad para pagar la deuda y comprar productos esenciales para satisfacer las necesidades de su población. O una cosa o la otra, pero muy difícil las dos cosas, porque no tiene disponibilidad financiera ni nadie que le preste.
Según el analista Asdrúbal Oliveros, de Ecoanalítica, las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela, de 9.000 millones de dólares, sólo dispone de unos 1.500 millones de dólares en efectivo y el resto lo representan los lingotes en oro, que buena parte fueron comprometidos por el régimen de Maduro como garantía a bancos europeos.
Los cables de agencias internacionales afirman que un banco alemán estaría cobrándose su deuda de 1.700 millones de dólares con el oro venezolano. El alcalde de Chacao en el exilio, Ramón Muchacho, dijo: «Desde aquí advertimos que el régimen estaba vendiendo el oro de las reservas internacionales sin la necesaria autorización de la legítima Asamblea Nacional. Ellos decían que no lo estaban vendiendo, sino entregándolo en garantía y tal. Pero ahora está claro que ese oro dejó de ser de la República venezolana y pasó a ser de alguien más».
Lo cierto es que esta semana se vencen 1.000 millones de dólares en bonos y la próxima semana otros 1.200 millones, lo que tiene en vilo a los mercados tenedores de bonos venezolanos, porque temen que el régimen de Maduro tenga problemas en pagarlos por las sanciones que le impuso el gobierno de Estados Unidos.
«Si no pagan este viernes va a haber muchas noches de insomnio para los inversionistas, especialmente durante el fin de semana», manifestó desde Miami Russ Dallen, socio gerente de la firma Caracas Capital Markets, dijeron los cables.
«Si llegan a pagar, entonces las fiestas van a ser espectaculares», agregó. Los bonos venezolanos ya han caído un 30% de su valor.
El presidente del parlamento venezolano, Julio Borges, ofreció a Maduro que refinancie los 3.500 millones de dólares, pero tiene que pasar por la aprobación de la Asamblea Nacional, antes que sacrificar y castigar a los venezolanos por la escasez de alimentos y medicinas.
Y es que aun cuando el régimen ya lleva bastante tiempo deambulando cerca del default —en medio del colapso de la economía provocado por años de desacertadas políticas socialistas— la situación parece estar llegando a nuevos extremos ante un recrudecimiento de la crisis de liquidez del gobierno y en consecuencia de las sanciones financieras aplicadas por Estados Unidos.
El régimen deja de pagar 590 millones de dólares
De hecho, el régimen bolivariano ya entró este mes en una serie de incumplimientos de pagos de obligaciones pequeñas, pero que juntas suman 590 millones de dólares, haciendo uso del período de gracia de 30 días de esas emisiones, práctica que genera angustia entre los inversionistas, pero que por sí sola no activa formalmente la declaración de «default».
La situación es diferente, sin embargo, con los 980 millones de dólares que vencen el viernes, y con los 1.200 millones que debe pagar el 2 de noviembre. Estas emisiones no cuentan con períodos de gracia y un incumplimiento permitiría a los tenedores de bonos ejecutar de inmediato las previsiones legales que tienen para resguardarse.
Ese escenario eventualmente terminaría afectando la deuda de más de 90.000 millones de dólares en bonos que el país tiene en circulación, ya que un incumplimiento en una emisión terminaría significando el incumplimiento en todas las emisiones.
Los temores de un incumplimiento cobraron fuerza la semana pasada con el anuncio realizado por la calificadora de bonos Standard & Poor’s sobre los bonos emitidos por la estatal Petróleos de Venezuela.
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