El joven Luis Alviárez de 17 años fue asesinado en Palmira, municipio Guásimos del estado Táchira al presentarse varios hechos violentos tras protestas opositoras contra Nicolás Maduro.
En Táchira, estado fronterizo con Colombia, se vive una noche de alta tensión, que recuerda a la sublevación que tomó las calles de su capital, San Cristóbal, durante las protestas de 2014. Dos personas murieron en el marco de las protestas, tras una tensa jornada marcada por la represión y los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales, que en la capital tachirense y en el municipio de Michelena contaron con el apoyo de los colectivos revolucionarios.
Las víctimas mortales son el estudiante Luis Arvialez (17 años), quien resultó alcanzado por un impacto en el pecho mientras se enfrentaba a la Policía Nacional Bolivariana en Palmira, su municipio, y el mototaxista Diego Hernández (32), fallecido tras recibir presuntamente un balazo de la policía estatal en Capacho Nuevo, según denunció Patricia Ceballos, alcaldesa de San Cristóbal.
Medios locales aseguran que la población de Palmira incendió como represalia parte de la estación policial del pueblo.
Con estas dos muertes se eleva a 40 la cifra de víctimas mortales, según los datos de la Fiscalía General de la República, mientras el Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social asegura que ya son 56.
Además, dos dirigentes opositores también resultaron heridos por disparos de bala: el concejal Vicenzo Pallotini, presidente de la socialdemócrata Alianza Bravo Pueblo en Táchira, y Wimer Arévalo Chacón, dirigente juvenil de Acción Democrática, partido de Henry Ramos Allup, expresidente de la Asamblea. El primero salvó su vida porque la bala sólo le rozó la cabeza y el segundo presenta una herida grave en el cráneo. Otra activista opositora, Ornelly Salas, sufre heridas graves en el rostro provocadas por los perdigonazos disparados por agentes policiales, pese a que el gobierno aseguró la semana pasada que no volvería a emplearlos en el control de las manifestaciones.
La cifra de heridos llega hasta medio centenar, aseguran distintas fuentes opositoras. Los incidentes se reproducen en distintos municipios del estado, incluso en uno de ellos, Santa Cruz de Mora, los jóvenes “protestantes” emboscaron a medio centenar de guardias nacionales, obligándoles a huir en medio de una lluvia de piedras.
“Vielma Mora (militar que gobierna este estado), lo ocurrido en Táchira es tu responsabilidad. Mandaste a asesinar a nuestra gente y por ello la justicia te condenará”, acusó el diputado Juan Requesens.
Lo que en principio se presuponía una jornada tranquila, ante el plantón pacífico a nivel nacional convocado por la Unidad Democrática, se transformó en una de las jornadas más violentas desde que el mes pasado estallase la rebelión de abril. Dos militares también resultaron heridos de bala en el estado de Carabobo (centro del país), e incluso el gobernador Francisco Ameliach dio por muerto a uno de ellos. El mayor general Néstor Reverol, ministro de Interior, volvió a acusar a Julio Borges, presidente del Parlamento, de estar detrás de este tiroteo.
En la isla de Margarita los manifestantes quemaron uno de los camiones militares de la Guardia. En tanto, la diputada opositora Yanet Fermín permaneció detenida cuatro horas, pese a contar con inmunidad parlamentaria.
[Vía: El Nacional]
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