El presidente ruso, Vladimir Putin, aportó este miércoles su apoyo a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, en viaje oficial a Rusia para abordar una posible ayuda financiera de Moscú.

“Apoyamos vuestros esfuerzos para conseguir la paz social y todas vuestras acciones en vistas a armonizar las relaciones con la oposición”, declaró Putin, al inicio de su encuentro con Maduro, en la residencia oficial de Novo Ogarevo, cerca de Moscú.

“Y naturalmente, condenamos todas las acciones de carácter evidentemente terrorista, todas las tentativas de derrocar la situación con ayuda de la fuerza”, señaló.

A poco más de un mes de asumir un segundo mandato, después de reelegirse en comicios no reconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y una docena de países de América Latina, el gobernante socialista intenta encontrar apoyo de sus aliados.

“Estoy seguro que de esta reunión van a salir buenas noticias sobre la elevación de esa cooperación y del trabajo económico entre los dos países”, dijo por su parte Maduro, dirigiéndose a su homólogo ruso.

“Creo que hemos encontrado el punto para avanzar, he activado un programa bastante completo, integral, que puede integrarse perfectamente a la visión económica de la cooperación Rusia-Venezuela”, prosiguió el mandatario venezolano.

“Proceso de aprendizaje”

Estados Unidos aplica sanciones a Caracas desde 2014, alegando que el gobierno de Maduro es una “dictadura” que viola los derechos humanos, sin haber descartado de plano una intervención militar.

El heredero del fallecido Hugo Chávez (1999-2013) sin embargo insistió en Moscú en que a pesar de haber “sido sometidos a todo tipo de agresiones, amenazas“, en Venezuela “estamos de pie y venciendo”. Se trata de “un proceso de aprendizaje”, aseveró.

Poco antes del encuentro entre los dos dirigentes, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó que las “discusiones se centrarán en la ayuda que las autoridades venezolanas necesitan”. No dio sin embargo ningún detalle sobre el monto que podría prestar Rusia a su aliado latinoamericano.

Según él, la situación económica venezolana “sigue siendo complicada” aunque “se constatan indicios de mejora”. Venezuela atraviesa una profunda crisis económica, reflejada en escasez de alimentos y medicinas y una inflación que –según el FMI– llegará a 1.350.000% este año y a 10.000.000% en 2019.

La crisis obligó a unos 2,3 millones de venezolanos a emigrar desde 2015, lo que según la ONU constituye el movimiento de población más masivo de la historia reciente de América Latina.

El lunes, Maduro declaró que viajaba a Moscú para “una visita de trabajo necesaria” que, aseguró, permitirá “cerrar el año 2018 con broche de oro en cuanto a las relaciones estratégicas que Venezuela construye con el mundo”.

Venezuela firmó el año pasado un acuerdo de reestructuración de su deuda con Rusia, uno de sus principales acreedores, lo que le ofreció un respiro en un contexto de caída de los precios del petróleo y las sanciones de Estados Unidos.

Cada vez más aislado, Maduro está llevando a cabo una ofensiva diplomática ante la fuerte presión internacional. Viajó a Moscú, después de haber recibido en Caracas a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, quien rechazó las sanciones por parte de Estados Unidos, país con el que también mantiene tensas relaciones.

En días previos, Maduro recibió las visitas del canciller de Irán, Hojattolah Soltaní, y el presidente de la Asamblea Suprema de Corea del Norte, Kim Yong Nam, representante de Estado de Kim Jong Un.

AFP