Nicolás Maduro no podrá acceder a ningún programa del Fondo Monetario Internacional (FMI), o retirar las reservas que Venezuela tenga en la institución, valoradas en casi 400 millones de dólares, hasta que sus estados miembro aclaren qué gobierno reconocen.

“Cualquier compromiso del FMI con Venezuela, incluida la respuesta a posibles solicitudes de transacciones financieras, se basa en el tema de la aclaración del reconocimiento del gobierno”, afirmó el vocero de la institución, debido a que “en este punto”, los estados miembro no han llegado a una posición común.

Según las reglas del fondo, un gobierno debe ser reconocido por la mayoría de los países miembros para así poder acceder a sus reservas DEG. Los DEG son una de las últimas fuentes de efectivo que le quedan al régimen. Su valor se fija frente a un conjunto de cinco monedas mundiales, y fueron establecidas en la década de 1970 como protección frente a un exceso de confianza en el oro o el dólar estadounidense. Venezuela ha usado los DEG históricamente para reforzar sus reservas, las cuales han disminuido hasta lo mas bajo.

La relación de Venezuela con el FMI ha sido bastante polémica desde el gobierno de Hugo Chávez, quien en 2007 prometió “cortar lazos” con el fondo, lo cual nunca se llevó a cabo porque  suponía un riesgo de un default técnico en el que los inversionistas podían exigir el reembolso inmediato de algunos bonos. Desde entonces, Venezuela ha incumplido pagos por más de 10.000 millones de dólares.