Expertos aseguran que el régimen busca negociar para mantenerse en el poder, mientras que Estados Unidos y Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, presionan su salida.
El conflicto venezolano entró en una fase en la que todas las partes intentan participar en las negociaciones. Lo confirman las revelaciones sobre contactos entre Estados Unidos y jerarcas del chavismo, pero la solución y sus plazos son inciertos.
Estados Unidos anunció esta semana que ha mantenido contactos con allegados al gobernante Nicolás Maduro para discutir su salida y la convocatoria a elecciones.
Ha sido a espaldas de Maduro, enfatizó John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, quien intenta estrangular al líder socialista con sanciones como el congelamiento de activos de la antigua potencia petrolera en Estados Unidos.
Maduro sostuvo que los acercamientos han sido autorizados por él para buscar regular el conflicto entre ambos países, sin relaciones desde enero.
El gobierno de Maduro, la administración Trump y la oposición liderada por Juan Guaidó están avanzando hacia un acuerdo negociado para una transición”, dijo a la AFP Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano.
Tejidos como una madeja de intrigas, estos movimientos anuncian la búsqueda de una salida a la crisis, opina el politólogo Luis Salamanca.
De un lado, el gobierno intentando in extremis apaciguar la situación, con pocas posibilidades de lograrlo, y del otro la oposición, con Estados Unidos, tratando de empujar más para concretar una solución.
Los supuestos contactos secretos apuntan a Diosdado Cabello, quien no ha negado ni confirmado tales acercamientos. Creen que nos van a dividir con chismes.
Hay divisiones dentro de los gobiernos de Trump y Maduro. Facciones compitiendo por el poder están enviando mensajes contradictorios.
Sanciones por elecciones delegados de Maduro y de Guaidó, presidente encargado de Venezuela, negocian desde mayo con la intervención de Noruega.
Los emisarios del régimen llegaron a acceder en el diálogo a que se celebren elecciones a cambio del levantamiento de sanciones, pero Estados Unidos no lo va a hacer si Maduro sigue en el poder representantes de Guaidó viajaron esta semana a Washington.
Maduro congeló su participación en el diálogo en rechazo al bloqueo de activos que se sumó a un embargo petrolero, pero las conversaciones se reactivarían la próxima semana, según una fuente opositora.
Las sanciones parecen tener contra la pared a Maduro, durante cuyo mandato Venezuela cayó en un caos económico que obligó a 3,3 millones de personas a emigrar desde 2016, según la ONU.
Para 2019, el FMI proyecta una contracción económica de 35% y una inflación de 1.000.000%.
Maduro no tiene plata, el alto mando militar debe estar haciendo sus cálculos. La estructura de poder se ha ido perforando y vaciando de apoyo.
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