Nicolás Maduro agotó el plazo impuesto por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para relevar a dos piezas básica de su gobierno y enviarlas como candidatas a las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente, previstas para el 30 de julio. Se trata de la canciller Delcy Rodríguez y de la almiranta Carmen Meléndez, ministra de la Presidencia.

Los ministros, gobernadores, diputados y dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) más cercanos al ‘hijo de Chávez’ han abandonado sus cargos oficiales, como marca la ley, con el objetivo de controlar una Constituyente que pretende dotarse de poderes absolutos.

Al frente de la guardia pretoriana del madurismo estará Cilia Flores, primera combatiente revolucionaria y mujer de Maduro. Todos los enroques realizados hasta el momento confirman la trascendencia que el presidente otorga a su proceso constituyente, del que no quiere dejar fuera a sus más cercanos, como si no fuera quedar vida política más allá de esta iniciativa.

“¡Felicitaciones, misión cumplida!”, clamó el presidente al informar del cambio en cadena nacional de radio y televisión. “(Delcy Rodríguez) ha defendido como una tigresa la soberanía y la independencia”, añadió Maduro al referirse al papel de su ministra de Exteriores durante los tres días que ha durado la Asamblea General de la OEA en Cancún, “una de las mayores victorias de la Historia”.

El primer mandatario destacó que su canciller “ha dirigido la batalla victoriosa de Cancún. Hablar de su labor se pierde de vista, conozco muy bien estos mundos, fui a 6 ó 7 asambleas generales”.

El puesto de Rodríguez, pieza fundamental del madurismo, es asumido por el viceministro para América del Norte, Samuel Moncada, que también ha ejercido de forma férrea como embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Maduro recordó sus viejos tiempos como canciller de Hugo Chávez y los “ataques” recibidos desde el Imperio, compartidos desde diciembre de 2014 con Rodríguez, desde el “chantaje imperial, con la presión, llamando gobierno a gobierno. Y los vendepatrias (oposición), que se fueron a hacer lobby. Algún día pagarán”.

Los 30 meses que la hermana de Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas y enviado de Maduro a la Mesa del Diálogo, ha liderado la diplomacia bolivariana han estado marcados por la polémica, incluyendo los ataques dirigidos esta semana a los cancilleres de Chile, Costa Rica o Perú, a quienes calificó de perritos falderos de EEUU. La elección de Samuel Moncada como su sustituto garantiza la continuidad de la diplomacia madurista.

Rodríguez y Moncada consiguieron bloquear cualquier tipo de resolución sobre Venezuela en la OEA, pero no pudieron evitar que 20 de 33 naciones votaran a favor de una propuesta en la que no sólo se exhortaba a Caracas a liberar a los presos políticos y a la apertura de un canal humanitario, sino que también reclamaba la marcha atrás en el proceso constituyente, con el que Maduro planea atornillarse en el poder. La propuesta no fue finalmente asumida porque necesitaba 23 votos afirmativos.

Entre los candidatos maduristas, además de la ya ex canciller y de la almirante Carmen Meléndez, , están Adán Chávez, ex titular de Cultura y hermano mayor del “comandante supremo”; el ex vicepresidente Aristóbulo Isturiz; la radical Iris Varela, ex ministra de Prisiones y Aloha Núñez, pieza clave para la elección de los ocho compromisarios indígenas.

Con la postulación del hermano de Chávez y de otros colaboradores del líder fallecido, el presidente pretende dar un barniz de chavismo auténtico al proceso iniciado para cambiar la Constitución, cuando entre sus principales detractores se encuentran dirigentes del chavismo crítico muy cercanos a Hugo Chávez, tanto personal como política y militarmente. A la cabeza de este grupo está la fiscal rebelde, Luisa Ortega. Y junto a ella generales como Miguel Rodríguez Torres, ex vicepresidentes como Jorge Giordani y ex ministros como Héctor Navarro.

[Vía: El Mundo]