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Ni un peso se ve en la estación exclusiva especial de gasolina a precio internacional en Paraguachón. Vecinos de la frontera con Colombia, en la Guajira, aseguraron que la bomba de PDV, de la estatal petrolera, no vende ni un litro de combustible desde que se inauguró.

“Aquí no llegan carros, prefieren comprarla por fuera”, soltó un habitante. Las islas de expendio de combustible de 91 octanos y gasoil a 500 pesos el litro se ven desoladas. Arrulladas por la soledad que acompaña al personal de servicio que espera por algún usuario venezolano.

El 2 de enero el Gobierno nacional aprobó y autorizó un sistema de comercialización en pesos de estaciones en Táchira y Zulia para controlar el contrabando de carburantes. La medida se enlazó a un año de ordenar el incremento del precio de la gasolina de 91 a un bolívar y de 95 octanos a tres bolívares el litro.

Mientras en la bomba de Paraguachón se suma dos semanas sin demanda, a pesar de tener tanques llenos con 36 mil litros de gasolina y 40 mil de gasoil, y de bajar de 900 pesos a 500 el litro -cerca de 500 bolívares- , las ventas ilegales se exhiben en la carreta internacional a 400 bolívares. Desde el sector Paila Negra brotan las pimpinas y botellas de cinco litros a dos mil bolívares.

“Está más barata que comprarla en la estación”, soltó un transeúnte que criticó la medida porque “nadie va a buscar gasolina si está más cara que en Colombia”. Auguró que de continuar cerrada la frontera, la apertura de la bomba será un “fracaso” más de la política de control.

El miércoles, un equipo de PDVSA inspeccionó las instalaciones. Verificó que en los tanques de gasolina y diésel estuviesen los litros que desde hace un mes se colocaron dentro del plan de suministro. Una vez a la semana “verifican” los equipos, agregó un motorizado.

Ricardo Fernández, diputado de la Asamblea Nacional, lamentó que se anuncie un hecho “falso” con la venta del carburante en Paraguachón.  “Ahí la gasolina que llega se evapora. Se la lleva el viento. No sé por dónde sale. Ahí no llega ni un carro a echar”.

Instó a Francisco Arias Cárdenas, gobernador del Zulia, a hacer una evaluación y actuar. “Qué está pasando con la gasolina que llega a la frontera. Que le meta la lupa. Si no puede con la investigación vendremos nosotros (la Asamblea Nacional) a hacerla”.

El diputado acusó que hay una política de “reprimir, humillar y maltratar al pueblo” de la Guajira. Cargó contra el reciente anuncio de creación de una casa de cambio en Paraguachón. “Es mentira. Aquí no hay nada. No se ve”.

Desde su terruño denunció que “hay demasiada necesidad” en las familias. Las escuelas, ambulatorios y hospitales están abandonados. “Y ni una fábrica de durofríos” para impulsar una actividad económica legal. Por eso los pobladores ven en el contrabando el “único” sustento para comer y vivir.

En la carretera se ven niñas, madres, jóvenes “chupando” gasolina para venderla “porque es la fuente de trabajo. Ojalá el Gobierno buscara una forma cómo legalizar eso porque esa gente come una sola vez al día”.

[Vía: Diario La Verdad]