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Desde hace años, gobierno chavista insiste en culpar a Cúcuta como ciudad de frontera de los problemas económicos que vive Venezuela, el sector cambiario en Cúcuta siempre es el blanco de acusaciones .

La actividad del cambio de moneda en las zonas de frontera colombo-venezolana está unida de manera importante al devenir económico de los dos países.

Venezuela con su gran riqueza en recursos naturales, siempre se ha caracterizado por ser un país exportador de petróleo lo que le históricamente le ha generado abundantes divisas.

Al contrario Colombia, con no tan abundantes recursos naturales –aunque en las dos últimas décadas se ha convertido en exportador de petróleo y carbón principalmente– no ha sido un país que reciba el volumen de divisas que si recibe Venezuela.

Esa condición de mayores ingresos de divisas,  determinaba que Venezuela tuviera una moneda (Bolívar) fuerte en comparación a la moneda (Peso) colombiana. Igualmente contaban con  un ingreso per-cápita alto y un poder de compra importante.

Todo esto dinamizó el intercambio fronterizo, donde principalmente el comprador era venezolano y el vendedor colombiano. Bajo  ese esquema  se movió  la economía fronteriza durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX, haciendo de Cúcuta una gran vitrina vendedora  y un gran polo de desarrollo regional y nacional.

Los Regímenes Cambiarios de los dos países han estado fluctuando entre los controles y el libre cambio. En una primera etapa en Venezuela existía una mayor libertad cambiaria que en Colombia, pero esta condición se empezó a revertir a partir de la década de los 80s, debido entre otras causas a las fluctuaciones bruscas de los precios del petróleo y a problemas políticos internos.

Venezuela vivió durante los años 60s y especialmente los 70s, un auge económico propiciado principalmente por los altos precios del petróleo. Esto llevo a Venezuela a ser considera la “Arabia Saudita” Suramericana y a su moneda una de las más fuertes en el contexto internacional. El Bs. era una moneda muy confiable pues mantenía un tipo de cambio fijo que para la época se cotizaba a Bs. 4.30 por dólar, mientras que en Colombia existía para esa mismo tiempo un control de cambio y un sistema de mini devaluaciones diarias, lo que hacia que el valor del Bs. en las zonas de frontera fuera todos los días más alto.

Eso atraía mucho al comprador venezolano, especialmente a Cúcuta, que también vivió un auge económico importante. El precio del Bs. en la ciudad hacia finales del año 82 y principios del 83 estaba alrededor de los $16 y el Dólar  a $70.

A partir del año 1983 Venezuela adopta  un rígido control de cambios y devalúa su moneda, que hasta ese momento era muy sólida, como consecuencia de la caída de los precios del petróleo,  pero principalmente por malas políticas económicas que llevaron a un aumento de la deuda externa y a una salida grande de capitales.

Desde ese Viernes Negro, como se conoció a ese día de febrero del año 1983, el valor de Bs. inicialmente y el del Bs.F. después, empieza su espiral descendente.

Desde esa cotización máxima de $16 de principios de ese año a $0.95 de hoy, casi 34 años después, refleja el deterioro en que está sumida la economía venezolana, no solo debido a malas prácticas sino a una gran conflictividad política.

Estas han sido las características de las últimas tres décadas y agravadas de manera importante en los últimos años, a pesar de haber gozado de unos elevados ingresos producto de los altos precios del petróleo.

Hoy el signo monetario venezolano Bs.F. que entró en vigencia el 1 de enero de 2008, y que consistió en eliminarle 3 ceros al antiguo bolívar (Bs.1.000 pasaron a ser Bs.F.1), tiene desde marzo de 2016 solamente dos tasas de cambio oficial. El primero, Protegido (DIPRO) a una tasa de Bs.F. 10 por dólar, dirigido únicamente  a bienes y servicios y remesas prioritarias; y el segundo Complementario (SIMADI) con un tipo de cambio flotante controlado que actualmente está a Bs.F.663 y que se utiliza para los demás bienes y servicios no prioritarios.

[Vía: La Opinión]