Ya en tres estados del país: Monagas, Bolívar y Portuguesa, se aplica un viejo sistema del año 2002-2003, cuando en pleno paro petrolero el Ejecutivo nacional decidió racionar el combustible y surtir del producto a los venezolanos según el terminal de placa de su vehículo.

Los expertos en el tema aseguran que son varios los factores los que, en los últimos meses, han detonado la escasez de carburantes que salen desde las refinerías hasta las estaciones de servicio, y de allí es vendido, en un ínfimo precio, a los ciudadanos.

En los últimos días, el ministro para el Petróleo, Manuel Quevedo, ha venido realizando inspecciones a los centros de refinación del país y, recientemente, aseguró que “el suministro de combustible para el pueblo venezolano está garantizado por la estatal petrolera”.

Aseguró también que: “El sistema de refinación es muy importante para proveer el combustible necesario para nuestro pueblo. Se incrementará nuestra capacidad, porque tenemos un potente Sistema de Refinación Nacional”.

Sus declaraciones contrastan con lo que se observa en las calles y avenidas de algunos estados del país, como es el caso del Zulia. Largas, kilométricas e interminables filas de carros y camiones recorren las estaciones de servicio. Los usuarios pasan más de 24 horas para poder adquirir un máximo de 30 litros de gasolina para sus vehículos.

Las largas filas recuerdan a más de uno la misma escena de 2002-2003 como una especie de “déjà vu”, una historia repetida y que vuelve del pasado.