El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ratificó este viernes la continuidad de los proyectos lanzados por su gobierno para la explotación de oro, pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos contra las exportaciones auríferas del país caribeño.

“Se ha pretendido desde los Estados Unidos, de manera unilateral, ilegal, perseguir el oro venezolano. ¡Fin de mundo! (…) Suena loco, ¿verdad? (…). Venezuela seguirá produciendo y vendiendo oro”, declaró Maduro en un acto transmitido por el canal de televisión estatal VTV.

El 1° de noviembre, Washington anunció un nuevo paquete de sanciones financieras contra Venezuela, enfocadas en el sector aurífero.

“El oro ha sido utilizado como un bastión para financiar actividades ilícitas” y “apoyar a grupos criminales”, dijo entonces el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton.

El estado minero de Bolívar (sur) es escenario de habituales hechos de violencia vinculados con grupos que se disputan el control de los ricos yacimientos de la región.

En uno de esos episodios, el 10 de febrero, una incursión militar en una mina de la localidad de Guasipati dejó 18 muertos.

Otra localidad de la zona, Tumeremo, fue sacudida en marzo de 2016 por la matanza a balazos de 17 mineros. Otra masacre de 11 personas fue denunciada en el mismo lugar meses después.

Y en El Callao, otra población de Bolívar, ocho personas murieron en agosto de 2017, en un choque entre presuntos delincuentes y militares.

Maduro estima que el país petrolero, que experimenta una caída en la producción de crudo -fuente del 96% de sus ingresos-, recibiría unos 5.000 millones de dólares anuales a partir de 2019 por la explotación del metal precioso.

La producción petrolera de Venezuela se ha desplomado en una década de 3,2 millones a 1,4 millones de barriles diarios.

AFP