Ante la eminente hiperinflación de siete dígitos esperada en Venezuela en 2018, se hace necesario considerar en la relación: ingresos – costos y gastos, la pérdida monetaria, que es el costo relacionado con la administración, adecuada o no de la inflación. Veamos este ejemplo:

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Cuando las entidades no consideran estas pérdidas en sus estados financieros, existe la posibilidad de que se descapitalicen y sus decisiones en cuanto a gestión, proyecciones y presupuestos son establecidas sobre cifras irreales.

Importantísimo la consideración de dividendos a repartir ante este escenario. En nuestra experiencia recomendamos repartir las utilidades líquidas y recaudadas de las cifras reexpresadas o constantes, hasta el monto de las ganancias nominales, en tanto que ella es la que se encuentra en caja.

El difícil manejo de inventarios en hiperinflación

Un aspecto fundamental en las entidades que producen y venden o compran y venden inventarios es la gestión adecuada del mismo. Estos días en las redes sociales, un reconocido economista realizaba la siguiente pregunta:
“Supón que eres comerciante. Hoy te llega un lote de producto con costo por unidad de BsS 1.000.000. Debes reponer en 15 días y estimas que el costo nuevo será de BsS 1.500.000 ¿a qué precio deberías vender el producto si quieres tener 30% de ganancia y reponer todo tu inventario inicial?

Luego de diversas respuestas e intercambios de ideas con sus seguidores concluye que:
• No pocas personas piensan que el costo de reposición debe ser asumido por el comerciante. Es decir, para ellos el dueño del negocio debe sacar de su bolsillo para reponer la totalidad del inventario que tenía previa a la venta del lote.
• Esta idea que algunos pueden ver como justa para el consumidor, a la larga terminará con una empresa sin inventario o con un comerciante totalmente descapitalizado. Es decir, esa vía garantiza la salida del mercado de ese negocio.
• Otra vía propuesta es la de financiar la reposición de inventario vía crédito bancario. Es atractiva por las tasas reales negativas que tenemos, pero ese acceso al crédito es hoy bastante limitado.

Para asegurar la rentabilidad —incluso la sostenibilidad— de sus operaciones los productores deben fijar los precios con base en un margen, calculado a partir de los costos que se anticipan del producto o los resultados de inflación (costo de reposición), precios de competidores directos u otra variable de referencia.

Roberto Antonio Salaverría 

Contador Público. Especialista en Gerencia y Administración