El pasado lunes, el Banco Central de Venezuela continuó con la distribución de los billetes del nuevo cono monetario, emitiéndolos esta vez a la banca privada, a aproximadamente 2 semanas de la entrada en vigencia de la reconversión prevista para el próximo 20 de agosto.
Los primeros en recibir la nueva familia de billetes del cono fueron los bancos públicos.
“Ya se pueden palpar. Ya se pueden iniciar las pruebas para las que el papel moneda es indispensable, como en los cajeros automáticos”.
De esta manera, es cada vez menor la posibilidad de que el presidente Maduro pueda pensar en otra prórroga. El 20 de agosto es la tercera fecha para la vigencia de la reconversión monetaria anunciada la penúltima semana de marzo con inicio el 4 de junio. La improvisación del gobierno llevó a que el plazo se extendiera al 4 de agosto y luego el 26 de julio diera una prórroga más para el 20 de agosto, feriado bancario.
Quedan pocos días para que las dos monedas y los ocho billetes, cuya mayor denominación es la de Bs 500, comiencen a circular. Su valor se deteriora debido al avance acelerado de la inflación. Tan es así, que en marzo se anunció que se le quitarían tres ceros al bolívar a partir de junio y ya en julio el Ejecutivo tuvo que modificar la cantidad de ceros para elevarla a cinco.
Los precios de los bienes y servicios suben diariamente en promedio 2,7%, mientras el salario mínimo integral equivale a 1,3 dólares, calculado a la tasa de cambio paralela, según mediciones de la opositora Asamblea Nacional.
En dos semanas los billetes estarán en la calle. Aún el ciudadano no se familiariza con el cambio ya que no es lo mismo hacer la división entre 1.000 que entre 100.000. Peor aún, es que parte de la actual familia de billetes (hasta Bs 100.000) convivirá por un rato con la nueva, lo que avizora un nivel de confusión general en buena parte de la población.
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