El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) fue firmado en 1947 en Río de Janeiro, Brasil, en un intento de conformar un mecanismo defensivo mutuo que pudiera ser invocado por cualquier país del continente ante el ataque a cualquiera de sus miembros.

Fue uno de los primeros acuerdos defensivos surgidos tras la Segunda Guerra Mundial, adelantándose por dos años al Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Inicialmente fue firmado por 21 naciones de todo el continente, incluyendo a Argentina, Brasil, Estados Unidos y México, aunque algunos países lo han abandonado en los últimos tiempos tras numerosas instancias en las que no fue aplicado, perdiendo entonces su legitimidad.

Venezuela dejó el TIAR en 2012, junto a Ecuador, Bolivia, Cuba y Nicaragua, pero la Asamblea Nacional, controlada por la oposición y declarada en desacato por el régimen de Nicolás Maduro, se prepara para volver a ratificar el tratado para que el presidente encargado electo por esa cámara, Juan Guaidó, lo invoque en un intento de provocar una intervención militar en el país.

Guaidó es considerado el presidente legítimo de Venezuela por unos 50 países del mundo, mientras que otros tantos siguen respaldando a Maduro, por lo que la ratificación y aplicación del tratado se haría en base a esta autoridad.

De esta manera, Guaidó y la Asamblea Nacional planean invocar el TIAR ante un ataque del régimen de Maduro contra su autoridad legitima. Esto permitiría una serie de acciones coordinadas de parte de los firmantes del tratado contra los líderes chavistas, desde la ruptura de las relaciones diplomáticas y las sanciones económicas, hasta una posible intervención militar en defensa del gobierno de Guaidó.

Pero no sería inmediato. Guiadó debe primero volver a firmar la adhesión de Venezuela al TIAR, invocando su presunta legitimidad como presidente. Luego esto debe ser ratificado por la Asamblea Nacional, y finalmente debe llegar a la Organización de los Estados Americanos (OEA).

No se prevé, sin embargo, que haya obstáculos políticos, ya que la mayoría de los miembros del TIAR han reconocido ya ha Guaidó como presidente legítimo.

Pero aún cuando la vuelta de Venezuela pueda lograrse fácilmente, la aplicación del artículo 3.1 no lo es tanto y requiere de una reunión entre los cancilleres de los países miembros.

De hecho, el TIAR ha sido invocado en numerosas ocasiones, pero casi nunca derivó en un esfuerzo militar en conjunto y defensivo.

En 1982, por ejemplo, Argentina invocó el TIAR durante la Guerra de las Malvinas y solicitando asistencia en la defensa contra el Reino Unido.

Pero Estados Unidos, primera potencia global, decidió honrar en cambio al tratado de la OTAN, por la cual estaba obligado a prestar ayuda a su aliado británico.

En el plano del derecho internacional, Washington argumentó que el TIAR no podía aplicarse ya que Argentina había sido la agresora al recuperar las islas Malvinas el 2 de abril. Colombia y Chile se plegaron al argumento.

En 2001 Estados Unidos intentó invocarlo por última vez, luego de los atentados en las Torres Gemelas en Nueva York, para reclutar a los países americanos en la Guerra contra el Terror, aunque fue en forma simbólica.

Las únicas dos ocasiones en las el TIAR fue invocado con éxito fueron en 1962, para aprobar sanciones contra Cuba en medio de la crisis de los misiles con Estados Unidos, y en 1965 para dar luz verde a la intervención militar de la Fuerza Interamericana de Paz, liderada por Washington, en la guerra civil en República Dominicana.

Hasta el momento Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y México han abandonado el TIAR, que persiste con 17 miembros: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Trinidad y Tobago y Bahamas.