La visita de tres días a Venezuela del viceministro de exteriores ruso, Serguéi Riabkov, confirma la alianza política, económica y militar de la potencia euroasiática con la administración de Nicolás Maduro.

Hasta el momento no ha trascendido la agenda que tendrá el funcionario ruso en suelo venezolano a partir de mañana, cuando llegará, aunque a principios de julio, Riabkov afirmó que continuaría trabajando en el desarrollo de las relaciones de amigos y aliados con Venezuela.

Junto a China, Cuba y Nicaragua, Rusia es uno de los principales aliados que Maduro conserva en los foros internacionales, además de tratarse de un importante socio comercial y militar. A raíz de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela en el último trienio, la estatal rusa Rosneft ha sido clave para atender las compras externas de gasolina de Pdvsa que tiene escasa maniobra financiera y comercial.

Riabkov ha precisado que en el marco de los acuerdos existentes, se llevarán a cabo actividades que, en sus propias palabras, fortalecerán la capacidad de las fuerzas armadas de Venezuela. El viceministro volvió a rechazar las especulaciones sobre la presencia de militares rusos en Venezuela al precisar que se trata de especialistas técnicos encargados del mantenimiento de los equipos suministrados por Rusia.

Además de reuniones bilaterales, el diplomático tomará parte en la reunión ministerial del Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados, en el que Rusia ejerce de observador permanente. Estados Unidos y otros países han criticado la presencia de Rusia en Venezuela y en varias ocasiones el gobierno de Donald Trump ha exigido incluso que el personal ruso abandone el país.

En junio, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró en una reunión con los máximos responsables de las principales agencias mundiales de noticias que su país no está creando ninguna base militar, ni llevando tropas en territorio venezolano. La postura de Putin sobre la posibilidad de cualquier intervención foránea en Venezuela es clara, pues ha dicho que su administración está en contra de la intervención en asuntos políticos de otros países.

Consideramos que eso lleva a consecuencias graves, por no decir trágicas, y el caso de países como Libia e Irak es el mayor ejemplo de ello. El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, sostuvo al respecto el mes pasado. Asimismo, Putin no se ha ahorrado críticas sobre la figura de Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países.

Mi actitud hacia él es normal, absolutamente neutral, dijo Putin en junio pasado. Venezuela atraviesa por un alto pico de tensión política desde que Guaidó asumió la presidencia interina debido a que en los comicios en los que Maduro resultó reelecto se les impidió participar a los principales líderes opositores.