Cuatro abogados solicitaron este viernes a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), medidas cautelares de protección para Roberto Marrero,  jefe de despacho del presidente de Venezuela Juan Guaidó, por el temor de que esté en peligro su integridad.

Los letrados quieren que la CIDH pida al régimen de Nicolás Maduro la liberación inmediata de Marrero, quien fue arrestado injustamente en su vivienda durante la madrugada de este jueves y acusado de liderar una célula terrorista que planeaba realizar ataques selectivos en Venezuela para crear “caos”.

Uno de los abogados que presentó la solicitud, Ignacio Álvarez, explicó que también pidió protección para el diputado Sergio Vergara, vecino de Marrero y cuya vivienda fue registrada la misma madrugada en la que fue arrestado el jefe de despacho de Guaidó. “Pedimos a la comisión que se pronuncie con la mayor brevedad posible, porque estamos muy preocupados por la vida, por la integridad y libertad personal de Marrero y también estamos muy preocupados por el diputado”, manifestó frente a la CIDH, con sede en Washington.

El equipo de Álvarez ya consiguió que en enero la Comisión dictara medida cautelares en favor de Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de medio centenar de países; por lo que, técnicamente, lo que ahora piden es una ampliación de esas medidas para que incluyan a Marrero y Vergara.

En la solicitud, los letrados afirman que los abogados de Marrero en Venezuela desconocen “su paradero” y “no han podido constatar su estado de salud, ni verificar la orden para su detención” desde su arresto.

El ministro venezolano de Interior, Néstor Reverol, acusó este jueves a Marrero de ser “responsable directo de la organización” de “grupos criminales” y aseguró que se le incauto “un lote de armas de guerra” durante su arresto. Junto a Marrero también fue detenido su escolta, Luis Alberto Páez, detalló Reverol.

La CIDH, órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), puede pedir a los 35 Estados que se encuentran bajo su competencia la adopción de medidas cautelares para proteger a sus solicitantes ante situaciones de “gravedad y urgencia que presenten un riesgo de daño irreparable”, según figura en su reglamento.

En repetidas ocasiones, el Gobierno venezolano ha rechazado reconocer la competencia de la Comisión sobre sus asuntos porque depende de la OEA, organismo del que Maduro pidió salir en 2017. La salida de Venezuela por cuestiones procedimentales se hará efectiva en abril de este año, es decir, dos años después.