La Asamblea Nacional Constituyente propuesta por el presidente de la República, Nicolás Maduro, que según estudios de opinión es una medida con un rechazo de hasta 85% de la población, implica más problemas que soluciones para la economía venezolana. Así lo considera el economista y director de la firma Ecoanalítica, Alejandro Grissanti.
De acuerdo con el especialista, la instalación de la pretendida Asamblea Nacional Constituyente tendría un impacto sumamente negativo en la economía nacional, pues la ruptura de la institucionalidad en el país aceleraría, entre otras cosas, la aprobación de sanciones internacionales al sector medular de las finanzas venezolanas: la industria petrolera
“El escenario de la Constituyente no es uno que podamos proyectar como estable, mucho menos en este momento. Hay un panorama económico sumamente complejo, con implicaciones negativas, si se llagara a concretar la instalación de la Constituyente”, señaló el economista este miércoles en el seminario “Venezuela: Constituyente, economía y organizaciones”, realizado por Ecoanalítica.
El débil sector petrolero
Pese a que Maduro ha reiterado que la Constituyente servirá para resolver todos los problemas del país, en especial lo que tiene que ver con la economía, todo apunta a que no será así.
“Un primer escenario podría ser uno en el que Estados Unidos le imponga sanciones a Citgo para que no reciba petróleo procedente de Venezuela, lo que puede hacer que el flujo de divisas que ingresa al país, que en su mayoría es por la venta de petróleo, se reduzca a la mitad o quizá menos”, explicó Grissanti.
El hecho de que se concrete la instalación de una Constituyente, implicaría, de acuerdo con el especialista, entrar en un esquema político claramente dictatorial, con más repercusiones que las actuales en los mercados internacionales.
Un problema fuera de las fronteras
“Venezuela se transformó en un problema regional. Los venezolanos están en Panamá, en Colombia y constituyen actualmente el mayor grupo de solicitantes de asilo en Estados Unidos. La emigración también tiene repercusiones en varios países de la región, por lo que un shock negativo se puede transformar en un éxodo mucho más masivo, que puede generar una crisis de refugiados en la frontera colombo-venezolana. Eso también le preocupa a la comunidad internacional”, explicó Grissanti.
Este miércoles se conoció por un anuncio del secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, que el Gobierno estadounidense trabaja en una “lista muy robusta” de individuos de Venezuela, para ampliar sus sanciones por las violaciones de derechos humanos en el país.
Asimismo, la administración del presidente Donald Trump ha señalado recientemente, de forma cautelosa, que evalúa posibles sanciones al sector de hidrocarburos de Venezuela. Funcionarios de la Casa Blanca han adelantado que EEUU podría sancionar a Pdvsa como parte de un paquete sectorial, que impactaría a la industria energética de Venezuela por primera vez como consecuencia de una acción de un gobierno norteamericano.
La firma financiera norteamericana J.P. Morgan precisó en su más reciente reporte que “unas sanciones drásticas (de Estados Unidos) no son inminentes y solo son probables si/cuando la administración de (Nicolás) Maduro finalmente abandone todo pretexto democrático, evitando la posibilidad de un cambio de régimen a través de elecciones libres y justas en 2018″, según un despacho de la agencia de noticias Reuters.
Imposibilidad de financiamiento externo
Aunado a un escenario de un posible embargo al sector petrolero venezolano, Grissanti añadió que la situación se agrava al evaluar la producción de crudo nacional, que viene en picada.
“La producción petrolera viene cayendo de manera importante y en este momento el país no puede tener acceso a un financiamiento externo”.
El especialista añadió que ante esa dramática realidad, como consecuencias de políticas económicas erradas, el Ejecutivo ha optado por llevar a cabo operaciones financieras con bonos en una absoluta desventaja para el país.
“La caída de la producción petrolera hace que Venezuela requiera del financiamiento del Fondo Monetario Internacional. Si Venezuela recupera la producción de petróleo podría aspirara a obtener un financiamiento de los mercados, pero toda esta situación parece anunciarnos que no será así”.
Aunque Grissanti considera que la obtención de financiamiento con mayor facilidad pudiera implicar entes bilaterales e incluso socios comerciales, todo depende de un cambio en la política económica y financiera del país, algo que luce difícil de que sea ejecutado por el actual Gobierno.
[Vía: Analítica]
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