Este martes, la facultad de ingeniería de la Universidad Central de Venezuela, concluyó en un informe que el corte eléctrico que ha dejado a oscuras a todo el país por mas de 5 días se produjo por un incendio que afectó 3 líneas de transmisión y sacó de sincronía a la central hidroeléctrica de Guri. O bien, que las turbinas de la “casa de máquinas II” de este complejo hidroeléctrico, el más importante de Venezuela, sufrió daños que obligaron al racionamiento eléctrico en varias regiones.

El documento también señala que la inoperatividad del Guri recargó los sistemas de generación termoeléctrica, que de todas formas perdieron la sincronía necesaria para usar las líneas de transmisión venezolanas y se desconectaron de forma automática.

Estas conclusiones rechazan la versión que defiende Maduro, sobre un supuesto “ataque cibernético” al “cerebro” del Guri que se entrelazó con sabotajes “electromagnéticos” a líneas de transmisión y “físicos”, en referencia a daños intencionados a subestaciones, por el cual acusó a Estados Unidos y a la oposición local.

Para ahondar en las razones del fallo, Maduro ordenó ayer la creación de una comisión especial que le responderá a él, y que contará con el apoyo de sus aliados Rusia, China, Irán y Cuba, países de “gran experiencia” en la defensa de ciberataques.

Sin embargo, la oposición coincide con expertos al señalar que la mala gestión de millonarios recursos destinados al sector eléctrico, así como la ineptitud en la administración del sistema, son las causas reales del más largo apagón que haya padecido la nación petrolera.

Los cortes eléctricos son frecuentes en Venezuela, un país que a pesar de poseer grandes riquezas naturales, se encuentra sumido en la peor crisis económica de su historia. El régimen solo apunta a sabotajes para explicar los cortes que se han acentuado y se expresan con mayor crudeza en las provincias, pero que ya se sienten en Caracas, la capital y asiento de los poderes públicos.