En medio de la hiperinflación, la crisis de liderazgo y la interferencia internacional, la crisis de Venezuela representa las fallas de las finanzas modernas y resalta cómo la criptomoneda podría modificarla.

La economía de Venezuela ha estado en una espiral descendente durante años, con controles de capital extremadamente estrictos que se remontan a los primeros pasos que limitan a los ciudadanos a adquirir divisas.

La situación política ha llegado a un punto crítico, con el líder de la oposición, Juan Guaidó, declarándose a sí mismo como el líder legítimo, mientras que el titular Nicolás Maduro se niega a dar marcha atrás.

En medio de esta inestabilidad, los venezolanos comunes sufren. La hiperinflación llegó a cerca de 1.7 millones por ciento en 2018, lo que ha llevado a miles de ciudadanos a recorrer las 125 millas a través de los Andes, hasta Colombia.

Sin ninguna indicación de que la situación esté llegando a una conclusión, quiero explorar las lecciones que podemos sacar de esta crisis; específicamente en términos del papel que puede desempeñar la criptomoneda en un entorno político inestable y la importancia que puede tener en la protección de la privacidad de los ciudadanos.